viernes, junio 02, 2006

Un fonendo para mí

Todo empezó el día de mi graduación , en plena comida:
-toma hija, un recuerdo de parte de la familia (sonrisas)
-¡vaya, un regalo! no me los esperaba (¡¡¡bien!!! que sea un collar o, una cámara digital o...)
-pero si es un fonendo...(sonrisas) y es negro... y...¿no lo había de otro color? (fin de las sonrisas).

Esa fue la última vez que vi a mi fonendo.

Realmente mi primer fonendo en seis años de carrera. Después de tener que llevar por todo el hospital uno de mi madre del principio de los tiempos que, con las olivas blancas daba un poco el cante, y de compartir los últimos tres años el de mi hermana (a base de: yo tengo prácticas, yo también; dame mi fonendo; no, qué yo soy la mayor y tú solo vas a ver la espalda del médico; ¿y qué te crees, que tú vas a hacer mucho más?; tampoco andaba mu desacertada...). Y es que a ella sí se lo compraron, a pesar de ser la pequeña.

Por fin, un fonendo, un fonendo de la marca que todos conocemos y el modelo clásico que todos hemos llevado en nuestras prácticas de estudiantes. Guay, me dije, si hago pediatria pues... pa las guardias de adulto y si cosigo entrar en cardio pues... pa las guardias también. Sinceramente, creo que no era el mejor momento para que me regalaran ese fonendo. Y simplemente desapareció de mis manos. Porque había que cambiarlo (con la de colores que hay! acabo de estar en la página comercial y lo hay hasta naranj). Porque resulta que en vez de comprarlo en una tienda normal, de esas de la calle que venden fonendos... lo habían pedido a no se quién, a través de nosequé farmancia y... que ya se sabe que estas cosas van despacio.

Pero mi mayor perplejidad llegó cuando me dicen que no hay el color que yo quiero (había pedido el azul turquesa o el azul marino, ni siquiera el naranja...), que sólo lo hay en negro y que lo mandarían a la fábrica a ver si le podían cambiar la goma...¡¡Dios!! ¡que sólo es un fonendo! que encima no me va a valer para nada... Luego llega la retaíla de reproches:
- mi madre: pero hija, mira que eres caprichosa, no podías haber dicho simplemente gracias...
- mi hermana: porque la niña tiene siempre que llamar la atención, porque no puede ir con un fonendo normal como todo el mundo...
- hasta mi novio: si es que contigo nunca se acierta...
Y todos de acuerdo en algo: que me pintaba no tener fonendo.

Llegados a este punto, a parte de asentir y callar, me dediqué a investigar. Porque sinceramente, a mí eso de que "hay que cambiar las gomas" no me convencía, porque es un fonendo, no un coche, ni... no sé, otras cosas a las que se les cambien las gomas (no pensar mal). Y voy a mirar la web de los fonendos, y de casi todos hay varios colores, menos de uno mu sofisticado que sí, aisla ruidos externos, y aumenta el volumen, y permite grabar los sonidos y tiene infrarrojos (¿quieres un soplo mitral en tu movil?)y...vale 700 eurazos, así que el mío no era, porque mi familia me quiere... pero no tanto.

Así que, la incógnita ahí queda: ¿por qué alguien querría cambiar la goma a un fonendo, si ya que estas en la fábrica y puedes coger uno del estante que ponga "Fonendos Azules para mete-patas"?.

No lo sé, pero seguiré investigando.

La Pescadería

Recién descubierto este peculiar mundo del blog, me ha faltado tiempo para empezar a escribir y compartir un poco mis pensamientos porque mi vida, de momento, se limita a la contemplación de los tediosos a la par que infumables apuntes de Medicina Legal.

Hoy ha sido un día particularmente monótono y triste, con la habitual discusión con mi madre sobre ir a la pescadería y aguantar la cola y, consecuentemente el marujeo. Esto suele suponer unos cuarenta minutos de mi laboriosa vida de estudiante de último curso de Medicina-preparadora MIR más la no despreciable tensión que supone el evitar que se te cuele alguna por el simple hecho de ser la única persona que espera sentada en el banco, en vez de al pie de mostrador, contribuyendo con comentarios, toses y estornudos (que mala es la alergia en estas fechas) a aumentar la flora y el género. Luego le echan la culpa de todo al Anisakis. En fin, no sé para qué discuto con mi madre si siempre voy. Más que nada pa' despertar porque una vez más, no había café hecho.

Después de una tarde de querer y no poder estudiar, me he dedicado a bichear por internet. Me gusta leer los foros en los que escribe la gente que empieza la residencia ahora, sólo de pensar que dentro de una año yo puedo estar en la misma situación... y me empiezan a asaltar una vez más las dudas, de qué especialidad, dónde... no sé si seré valiente y me iré a Madrid, porque sólo de pensarlo...

Mañana tengo que hacer un simulacro a las 8 de la mañana, de aproximadamente cuatro horas de examen por lo que debería ir preparándome para mi cita con Morfeo, así que ¡buenas noches!